No fue solo mi separación... lo que convirtió aquel año en... "horribilis".
Por esas mismas fechas... unas pruebas médicas rutinarias... me enfrentan con la posibilidad de no vivir más allá de un año... y mi padre entra en una espiral de ingresos hospitalarios periódicos... que nos tiene permanentemente en vilo.
Mi hermano... cumplió su palabra... y cada final de mes... me llamaba y me preguntaba... "hermana, ¿este mes cuánto necesitas?".
Dependiendo de si se juntaba el recibo de la luz y el agua... o si había algún impuesto o seguro que pagar... invariablemente mi contestación era... "este mes... para pagar las facturas necesito X".
Donde X eran los gastos... sin contar la comida.
A veces... se ve que lo que le pedía le parecía poco... e ingresaba algo más... que yo empleaba en comida.
El mes que le parecía demasiado... o enviaba lo justo... comía gracias a la Cruz Roja... o las monjas.
Eso sí... siempre me las apañé para que mi hija no tuviera que merendar... pan con azúcar.
Y que conste que no me quejo... sino al contrario... ya que desde mi punto de vista... no tenía obligación ninguna de hacerlo... y le estoy muy agradecida porque sin su ayuda... no sé como hubiera podido salir adelante.
No obstante... un día... me dijo de hacer una reunión familiar... para plantear que los demás también ayudaran... y su carga fuera algo menor.
Aunque entendía su planteamiento... la idea no me hacía ni chispa de gracia... sobre todo... porque yo ya imaginaba el resultado.
La reunión fue... por decirlo suave... un circo.
Se organizó una comida en casa de mis padres... que parecía un banquete... y que se celebraba algo.
El tiempo pasaba... entre risas y bromas... hasta que empecé a recoger mis cosas para irme.
El resultado fue el que yo esperaba...
De los siete hermanoss... seis si descontamos al que ya me ayudaba... sólo uno ofreció lo que podía... y otro bien es cierto que no podía excepto brindarme apoyo moral... que en aquellos momentos también era importante.
Las cuatro chicas... ejem... si no hubieran dado ninguna explicación... incluso si hubieran dicho la verdad... que no querían... hubieran quedado mejor que con las burdas excusas que dieron.
Como llamativo... la frase de la segunda de mis hermanas... (peluquería dos veces por semana... cremas de más de 5.000 ptas... y másssssss)... que tuvo a "bien" decir que... "a menos que se muriera su suegra... que entonces heredaría y además dejaría de pagar a la mujer que la cuidaba... no podía".
Aceptaba cada curro que me salía... ya fuera repartiendo publicidad vestida de payaso 8 días... cosiendo zapatos durante un par de meses... o en la tienda de mi cuñado durante las vacaciones.
Aceptaba cada curro que me salía... ya fuera repartiendo publicidad vestida de payaso 8 días... cosiendo zapatos durante un par de meses... o en la tienda de mi cuñado durante las vacaciones.
Dicen que... en aquella época... años 97-98... estábamos en crisis... pero yo... sumergida en mi propia crisis... ¡ni me enteré!!!!!, jajajajajajajajajajajajaja.
Como no hay mal que cien años dure... (ni cuerpo que lo aguante)... en abril del 98... la situación empezó a enderezarse... en parte.
A nivel salud... (aunque a nadie parecía importarle)... todo estaba bajo control... (y de hecho me ha traido hasta aquí, jijijijijijijijijijijiji)... aunque la de mi padre... seguía siendo delicada... hasta que nos dejó em junio.
Y a nivel económico... conseguí compaginar mi trabajo de media jornada... con otro a jornada completa en una empresa de limpieza... que me duró un año.
En teoría... de 6 a 9 de la mañana iba a un polígono a las afueras... de 9'30 a 13'30 h. trabajaba en la asociación... de 14 a 16'30 h. iba a otro polígono... y se suponía que hasta las 20h. debía ir a donde me dijeran.
Sin embargo... muchas veces... terminaba a las 16'30 h. y acumulaba el resto de las horas a favor de la empresa... que luego devolvía trabajando hasta las 22 horas.
Era agotador... pero cuando mi madre me preguntó si podría llevar ese ritmo... yo simplemente contesté que... cuando sonaba el despertador a las 5 de la mañana... en lo único que pensaba era que... ese mes... las facturas me las pagaba yo.
Así pude prescindir de la ayuda de mis dos hermanos... y además... en diciembre de ese año... mi ex-marido... empezó a ponerse al día con las pensiones que me debía... abonando dos juntas cada mes... hasta que falleció... en enero del 2.000.
Fue una época de vacas gordas que...
CONTINUARÁ...