Durante una hora... he paseado por las calles de esta ciudad... que desde hace 20 años... me acoge.
Luego... sentada en una terraza... ante una horchata con limón... retomo con gusto... el viejo hábito de sacar una libreta del bolso... y escribir.
Al principio... solo una frase... "no soy de aquí"... (me digo mientras contemplo una Hoguera cercana).
"Ni soy de allá"... (me respondo esbozando una sonrisa... al recordar la canción de Facundo Cabral).
Hay quienes dicen que son... de donde nacen...
Otros... de donde pacen...
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Salí de mi pueblo... con apenas 4 años recién cumplidos... y aunque volvía todas las vacaciones... pronto me convertí en... "forastera".
La ciudad donde nos trasladamos... (por lo menos en aquella época)... era una ciudad elitista... donde integrarse era... de lo más difícil... y más aún si... como a mí... te iban cambiando de colegio... cada dos años... sin razón alguna... (y si la había... nunca fueron capaces de dármela... por mucho que pregunté).
A eso... hay que añadirle que... no era habitual familias tan numerosas... como la mía... (a la sazón... mis padres... 8 hijos... la abuela... y el perro).
A los 16... traslado a Benidorm...
A los 16... traslado a Benidorm...
A los 17... Altea...
A los 19... me fui de casa... y me piré a Madrid... casi un año.
De allí... me trasladé unos meses a Almería... antes de regresar de nuevo a casa... en Altea.
Un año y pico más... y de nuevo... Benidorm.
Me vine a Alicante... a principios del 91... recién casada... y feliz.
Al separarme en el 97... la familia me presionó para que vendiera una casa que no podía mantener... y me volviera a Benidorm a casa de mis padres... y a un trabajo de 9 de la mañana... a 10 de la noche.
Por aquel entonces... mi hija tenía cinco años y medio... y una vida... más o menos estable... más o menos feliz... y hasta ese momento... yo había podido permitirme el lujo de trabajar sólo media jornada... y disfrutar de ella... y con ella.
Me negué en rotundo a... que mi hija... ni de refilón... empezara a cambiar de casa... de colegio... de ambiente... como había pasado conmigo...
Me negué a ceder el control de la educación de mi hija... (algo imposible de evitar... teniendo en cuenta su edad... y el horario laboral que se me planteaba)...
Con ayuda... o sin ella... saldría hacia adelante... aunque me tuviera que ir a repoblar... un pueblo abandonado.
Tomar esa decisión... no fue nada fácil... si tenemos en cuenta que... yo ganaba 58.000 ptas... pagaba 57.000 de hipoteca... mi ex no me pasaba ni un céntimo... y sólo dos de mis hermanos... estuvieron dispuestos a ayudarme... económicamente.
Hubo un tercer hermano... que no pudiendo hacerlo económicamente... lo hizo con lo único que tenía... su teléfono y su apoyo moral... y sus manos para secar mis lágrimas... si hacía falta...
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Veinte años en Alicante... mi hija ha tenido una vida más o menos estable...
La misma casa... el mismo colegio hasta que le tocó pasar al instituto... y ahora... la Universidad elegida por ella... y sobre todo... tiene a los amigos "de toda la vida".
No hace mucho... en el Club de lectura al que me acompaña... (le gusta leer tanto como a mí)... me sorprendió al comentar... (por alusiones al libro que comentábamos)... que lo importante para ella... era la calidad del tiempo compartido con los padres... más que la cantidad... y como ejemplo puso... justo esa época tan difícil para las dos... cuando yo al fin conseguí tener dos trabajos... y pude prescindir de la ayuda económica de mis hermanos...
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Veinte años... y siento que... "no soy de aquí... ni soy de allá..."... y en cualquier momento... ahora que mi hija es mayor... e independiente... podría volver a coger la maleta...
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