lunes, 27 de diciembre de 2010

Lo mejor de mi vida


Según dijeron... yo no debía de haberme quedado embarazada.

Ninguno de los dos... teníamos un trabajo estable... y criar a un hijo... costaba mucho.

Nunca quise saber... qué llevaba en mi vientre... pero yo la sentía niña... y la llamaba por su nombre... Verónica.

A decir de los "demás"... no podía salir bien...

Para no variar... yo no engordaba... y a los 6 meses... aún usaba la misma ropa.

Y además... ¡horror de los horrores!!!... ¡me atendían en la Seguridad Social!!!!.

Hasta su nombre... fue motivo de burla... "uys, para que la llamen... vero vero... como si fuera un chucho".

Je... prefiero no decir... lo que respondí... mientras seguía sonriendo... tomándome mi horchata... y mucho menos... lo que pensé, jaajajaajajaja... pero os lo podeis imaginar ;).

Aunque... saber esas cosas... dolían... no permití que... enturbiara mi alegría... por ser madre.

Yo sabía que todo iba bien.

En mi casa... siempre he sido la... "rara"... juasssssssssss.

Pues sí... lo soy... respecto a ellos... y no me importa.

Era "rara"... por que le hablaba... estando en la barriga...

Era "rara"... porque le compré un carro... según decían... de faralaes, jajajaajajaja.

Lo cierto es que... fue divertidísimo comprarlo... imaginar "sus" caras cuando vieran... aquel carro azul marino... con lunares grandes... rosas, azules y verdes... casi fosforitos.

Jajajajajajaajaja... lo cierto es... que no era un carro elegante... pero... era alegre... y con él mi niña... aprendió los primeros colores... casi que antes de hablar.

Sí... también fui "rara"... porque no hacía las tonterías de hablarle diciendo... "gugu dada"... como si mi niña fuera tonta, jaajajaaajaajaaajaaja.

Y... a madre "rara"... hija "rara", jajajajajajajajajajaja.

Un 27 de diciembre... como hoy... a las 21'20 horas... mi niña nacía.

El "monstruito" que presuponían que iba a tener... pesó 3'200 Kg... y era la niña más bonita... que yo había visto en mi vida.

De todos los días felices que he tenido... ese ha sido uno de los que más.

Ese año... en la familia... nacieron tres bebés más... pero la "rara"... era mi hija.

"Rara" porque... a los 7 meses... ya andaba.

"Rara" porque... empezó a hablar... antes que los demás.

"Rara" porque... aprendió a leer en un mes.

"Rara" porque... sabía escribir y dibujar... mucho mejor que los otros... con meses de adelanto.

"Rara" porque... tenía una memoria prodigiosa.

"Rara" porque... a los cinco años... la niña era... superdotada.

"Rara" porque... con esas características... la niña... era tratada como una niña... y se comportaba como una niña... y además... demostraba ser una niña... feliz.

Tremendo... ¿verdad?, jajaajajajaajaja.

Sí... mi hija es "rara"... como su madre... (aunque yo no tenga tantos dones ni virtudes como ella)... y me encanta que lo sea, jajajajajajajajajajajaja.

¿Sabéis?... hoy cumple 19 años... y cada día... me siento más orgullosa de ella... porque si bella es por fuera... por dentro lo es mucho más.

En todo este tiempo... sólo me ha dado... alegrías... y felicidad... incluso en momentos duros... muy muy duros.

Ella es... luz... mi luz... mi angel... y lo mejor de... mi vida.


domingo, 26 de diciembre de 2010

La primera vez


Es la primera vez... en 46 años... que no paso la Nochebuena... con mi familia de origen.

Ni siquiera... cuando me fuí de casa... con 19 años... dejé de acudir... a la celebración familiar.

Por un día... la familia... parecía familia.

"¿Cuál es la diferencia ahora?"... me preguntaba una de mis cuñadas... hace unos meses... 

La diferencia... son los años pasados.

Gota a gota... mi vaso se ha llenado... y con ello... mi capacidad de... seguir sonriendo... aparentando que todo está bien... cuando hace años que no es así... con la esperanza falsa... de que en algún momento... si así lo creía... así sería.

No... todo no depende de nosotros... por más que lo creamos... o lo intentemos.

Y no... tampoco digo que... yo no tenga... una parte de responsabilidad... pero por lo menos... yo lo intenté... muchas veces...

Este año... la familia de mi ex-cuñada... nos acogió en su casa.

Ni una pregunta... ni un comentario fuera de lugar.

Mi hija y yo fuimos... dos miembros más.

Me permitieron colaborar... con mi sencilla preparación de las almejas... que fueron muy apreciadas.

Ambiente relajado... bromas... nada de voces estridentes... ni gestos exagerados... ni falsedades... ni hipocresías...

Nada... fuera de lugar.
   
Hasta Papa Noel... se acordó de nosotras...

El día de Navidad... de nuevo comimos con ellos... y al despedirnos... no pude menos que... mostrarles mi agradecimiento... que fue devuelto con... un fuerte abrazo sentido... y un... "gracias a vosotras por compartir"... 

Por la tarde... al cine... con mi hija, mi ex-cuñada y su hermana... palomitas dulces... refrescos... y a disfrutar de... "burlesque"... que nos encantó a todas.

Confieso que... incluso hoy... he estado con la esperanza de... recibir una llamada que dijera... "te hemos echado de menos"... o... "esperamos que lo hayas pasado bien... y que el año que viene... la pases con nosotras"... o cualquier cosa similar... que me desmostrara que... me había equivocado con mi decisión... y que realmente... les importaba... pero no... 

A pesar de todo... o quizás precisamente por como ha sido todo... este año... la Navidad está teniendo... sabor a eso... a Navidad.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Dos meses... y cinco días


La llamada la hace... el 5º de mis hermanos... (el que era duda en la entrada anterior).

Otro que se pregunta... si ha hecho algo... para que haya decidido no ir en Nochebuena.

Si no me pareciera... tan triste y patético... hasta me reiría.

No... no me han agredido... ni física ni verbalmente... así que... no hay un hecho en concreto... excepto que... también se puede hacer daño... por omisión continuada... del uno... el otro... la otra... y la de más allá.

¿A qué tanto jaleo... porque no voy a una cena... por muy Nochebuena que sea... si el resto del año... les da igual... cómo estoy... como me siento... qué es de mi vida???... (lo "gracioso" es que... cuando son otros los que no lo hacen... no pasa nada).

Y aún así... le digo que... llevo tiempo sintiéndome mal... que es una apreciación personal... y que por encima de todo... tengo que sentirme bien conmigo misma... y que por eso decido... lo que decido.

Ahhhhhhhhhh... pero... es que no es así... (me dice)... 

Según él... tengo que ir uno por uno... diciéndoles lo que me hace sentir mal.

Juassssssssss... pa' mear y no echar gota... ya me imagino las escenas...

- Mamá... ¿por qué no me preguntas a mí directamente... si me pasa algo contigo... en vez de "mandar" recado con uno de mis hermanos?... ¿por qué no me preguntas porqué no voy en Nochebuena?... ¿por qué si te parece extraño que haya dejado de llamarte por teléfono... no llamas para ver que pasa?... ¿por qué te vas dos meses a casa de mi hermana... y cuando alguna vez... de forma ocasional... vienes a acompañarme al médico... (porque no te crees lo que te cuento)... no te quedas ni siquiera a comer y te cojes el autobús de vuelta... que tarda una hora... a las 2 de la tarde?... ¿por qué...????.

- Hermana 2... ¿por qué organizas una comida navideña familiar... en casa de nuestra madre... no me invitas... y luego me besas en público... para que los primos vean... lo "buenísima" que eres... si además me tienes prohibida la entrada a tu casa?... ¿por qué...?

- Hermano 5... ¿por qué dejas de hablarme... por seguir en contacto con tu ex-mujer... que además es la madre de tu hija?... ¿no ves que el... "estás conmigo o contra mí"... conmigo no es válido?... ¿es más leal... hacerlo a escondidas... como hace hermana nº 8... para que no te molestes?.

Lo siento... pero yo no soy así... no me avergüenzo de hacerlo... ni tengo nada que ocultar... y no voy a "castigarla" con mi silencio y/o mi rechazo... porque tú le pusieras los cuernos con su mejor amiga durante dos años... y eso os llevara al divorcio... cuando ella sigue siendo conmigo... la misma de siempre.

- Hermana 7... ¿cómo tienes la desfachatez... de decir que no te hablo... cuando eres tú la que no viniste a la comunión de mi hija... ni me invitaste a la de la tuya... y encima... mandas a tus hijas... a que me besen???

- Hermana 8... ¿por qué me entero "oficialmente" de la cena sorpresa de cumpleaños... 5 meses después que los demás... y me lo comunicas diciendo... "para el regalo salimos a X por persona... por si quieres contribuir... aunque no puedas o no quieras venir"???... ¿por qué me preguntas dónde voy a dormir... ofreciéndome "alternativas"... si siempre lo he hecho en la casa de la mamá... y necesitas saber donde "colocarme"?... (juassssssss... si te parece... me "colocas" encima del aparador).

Upsssssssss... claro... es que... si yo duermo en casa de la mamá... hermana 2 tiene que dormir en tu casa... y eso no te interesa... que os queréis... pero igual es que no os soportáis tanto.

Y la pregunta del millón... "dame una razón para seguir yendo a los eventos familiares"... respuesta... silencio.

Y todo eso... sólo en el último año.

Y digo yo... ¿cuando y dónde se supone... que tengo que mantener esas conversaciones?... ¿por teléfono cuando no quieren saber la respuesta?... ¿en las BBCCC... (Bodas, Bautizos, Comuniones, Comidas y Cenas)?... y en cualquier caso... ¿en cuales de ellas... en las que no estoy invitada???... ¿debo citarlos en un bar????... ¿juntos o... por separado????.

No... lo siento... puede que sea un defecto... un error... o una equivocación... pero... yo no "fuerzo" a nadie... a hacer lo que no desea... lo que no le "nace".

He llorado mucho los últimos años... y sobre todo... este.

En las ultimas tres conversaciones... también... pero... estas veces... a pesar de la tristeza... por lo menos... ya no dolía.

Soy como soy... todo el año... para bien o para mal... y el "amor fraterno"... o está todo el año... o ya no me vale.

martes, 21 de diciembre de 2010

Dos meses... y tres días


Sabía que no iba a ser tan fácil desvincularse... que tocaba darle la vuelta a la tortilla... todo era cuestión de ver... quién y cómo... aunque también eso era... previsible.

La duda estaba entre... la pequeña... (je, bueno, pequeña por ser la última... pero ya tiene 42 años)... o el que está inmediatamente por encima de mí.

El "honor"... me lo concede la pequeña... queriendo saber las razones... por las que no voy a ir en Nochebuena.

Respondo rápidamente... "si la mamá quiere saber... que pregunte".

Ahhhhhhhhhhh noooooooo... es iniciativa propia, juassssssssss... 

Si es iniciativa propia... minipunto y punto... para la mamá... y lo que le importa si voy... o no voy.

Aparte de... que no la creo.

Es... como mínimo... la tercera vez que... mi madre recurre a otros... como emisarios... para saber...

Su tono de voz... la falsedad... la hipocresía... empiezan a crisparme los nervios... y la tensión acumulada durante años... aflora... y empiezo a hablar... tan sólo del último año... pero en cierta forma... como consecuencia de... los últimos 12.

Mi hija... se sienta a mi lado... coge mi mano... la aprieta... me transmite fuerza.

Le cuento... lo mal que lo he pasado... antes... durante y después... de los últimos eventos...

Respuesta... no saben que hacer... si me llaman malo... y si no me llaman... también.

Lo gracioso es... que no llaman, juassssssssssss... y cuando lo hacen es para... pedir dinero... aunque no vaya a ir... "porque no pueda o no quiera". 

Al final...la pregunta del millón... "dame una sola razón... para acudir a cualquier evento familiar... porque yo... no la encuentro".

Respuesta... silencio.

Ante tal "argumento"... le indico que... no quiero saber... que estoy mejor cuando no pienso que tengo que acudir a algo... y que así quiero seguir.

Despedida y... ¿fin?...   


domingo, 19 de diciembre de 2010

No soy de aquí... ni soy de allá

Recién cumplidos los 4 años... nos trasladamos por primera vez... dejando atrás el pueblo... donde nací.

A mí... el pueblo... me gustaba...

Las casas... casi todas bajas... aún no se cerraban con llave.

Los coches... no nos impedían jugar en las calles.

Allí estaban los primos... los tíos... 

Generalmente... los cinco pequeños... nos quedábamos en casa de las abuelas... los 2 niños con la paterna... las tres niñas con la materna... separados apenas por dos calles... y sin embargo... podían pasar días... sin que nos viéramos.

Mis padres... nos llevaban y nos recogían al terminar...el período vacacional... y no los veíamos durante el mismo... ni siquiera... en el de verano... que duraba de mediados de junio a primeros de septiembre.

Tampoco hablábamos con ellos... ya que mi abuela... no tenía teléfono.

La rutina... era siempre la misma...

Por la mañana... ayudábamos a mi abuela a hacer las camas y limpiar... y luego nos íbamos un rato con nuestras primas... hasta la hora de comer.

Después de la siesta... de nuevo a la calle con las primas... hasta las 8... que cenábamos.

Tras la cena... íbamos a casa de la hermana de mi abuela.

Durante el trayecto... íbamos llamando en las casas de nuestras amigas... para que supieran que ya estábamos en la placita... y allí jugábamos... hasta que ellas se iban.

Algunas noches... nosotras nos demorábamos más... y entonces... escenificábamos... canciones... chistes... pequeñas obras de teatro... para mi abuela, tias y vecinas... que se sentaban en la puerta.

Y al regresar... cogíamos jazmines... en la casa de enfrente del cuartel de la guardia civil... para que no nos picaran los mosquitos.

Pronto empezamos a ser... "forasteros"... en nuestra propia tierra.

Recuerdo que... a mí eso me daba mucha rabia... porque yo me sentía de allí... y allí volvíamos... cada vez que no teníamos colegio... excepto en... Navidades.

Solía decir que... para mí... esa era mi casa... y que el sitio donde vivía... era como estar en un internado... lejos de lo que quería... y de donde me sentía feliz... 

Donde... podía ser y comportarme... como lo que era... una niña... sin más responsabilidad que... pasarlo bien... y cuidar de mis hermanas pequeñas... en las salidas.

A los 16 años... llegó otro cambio de residencia... se presuponía que... para mejor...

A los 19... me fui de casa... y volví dos años después.

Dos años después... otro cambio de residencia.

El último... hace 20 años... en que me vine a Alicante capital.

Tantos cambios... y a las edades en que se fueron produciendo... y las razones que llevaron a ellos... ha hecho que... al final... no tenga un sentido de pertenencia... de ningún sitio.

El lugar donde se nace... es circunstancial... 

Las circustancias... te llevan a una cierta movilidad... o no.

Me gusta la ciudad donde vivo... su clima... la vida que llevo... pero... si mañana las circunstancias me llevaran... a hacer la maleta de nuevo... lo haría.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Dos meses... y un día


Parece el título de... una mala película... o de una condena... sin embargo... es el tiempo que ha pasado... desde la última reunión familiar.

Dos meses y un día... con la decisión tomada.

Dos meses y un día... sin una llamada... hasta hoy.

Llamada esperada... se lo dije ayer a mi hija... "mañana llamará... con la excusa de que es mi santo"... y efectivamente...

Conversación breve... intrascendente... (hace mucho que... no tenemos temas de conversación)... en realidad ni siquiera me ha felicitado... pero tampoco importa... y por fin... la pregunta... "¿venís el viernes a comer... o por la tarde?"... "este año no vamos"... la voz se le quiebra durante unos segundos... "como quieras"... despedida rápida... 

Por un momento... me tambaleo... dudo... reflexiono... ¿compensa?...

Dos meses y un día... sin angustias... sin ansiedad... sin tener que "mentalizarme" para hacer una llamada... o acudir a un evento familiar...

Dos meses y un día... con algunos momentos de tristeza... pero tristeza serena... de aceptación y reconocimiento de que... las cosas son como son... y no puedes cambiarlas.

Ya... no se trata de si... es lo mejor o lo peor que se puede hacer... es que es la única alternativa posible... si quiero mantener mi equilibrio.

Sí... parece que sí compensa...

Cuando yo tenía más o menos... la edad que tiene ahora mi hija... me dijo... "cuando seas madre... entenderás muchas cosas".

Bien... llevo casi 19 años... siendo madre... y lo poco que en aquel momento entendía... he dejado de hacerlo.

Este año... nuestra Nochebuena... será diferente...

No... no estaremos solas... estaremos con gente que... no nos dicen que nos quieren... pero... que nos lo demuestran... cada vez que tienen la oportunidad de hacerlo.

"Obras son amores... y no buenas razones"... que decía mi abuela.

Gracias por sujetarme en tu mano... justo cuando lo necesitaba

martes, 14 de diciembre de 2010

El atrapasueños


Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión. En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.

Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.

Él habla con el anciano acerca de los círculos de la vida, de como empezamos la vida como bebes y crecemos a la niñez y después a la edad adulta, finalmente nosotros vamos a la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes completando el circulo.

Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red, en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras en las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta. Pero si tu escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.

El continuo, ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.


También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.
 
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.

Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo: ve la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.

Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.

El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida.

Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.

Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.

Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.


 Cuando mi hija era pequeña... tuvo una temporada de pesadillas...

Yo había escuchado... esta leyenda... y aprovechando una visita... a la Feria de las Naciones en Valencia... le mostré uno a mi hija... y le conté la leyenda.

Ella quiso que le comprara uno... y lo hice.

Lo más probable es... que mi hija se auto-sugestionara... y en su mente infantil... creyera que la leyenda era verdad.

No lo sé...

Lo que sí sé es... que no volvió a tener pesadillas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

El profesor de matemáticas


Hace unos 5 años aproximadamente... mi hija necesitó apoyo para matemáticas... y la llevé a una academia... al lado de casa.

Un día... vino medio llorosa... medio enfadada... porque el profesor le había dicho que... "si no lo entendía que se lo explicara su padre"... a lo que ella... (que lo había perdido con 8 años)... respondió... "¡ojalá pudiera, sería señal de que estaba vivo!"... 

El profesor... que además era el director de la academia... lejos de disculparse... por tan desafortunada frase... la mandó callar.

Como era agosto... por la tarde estaba cerrado... pero a primera hora de la mañana... me presenté en la academia... para hablar con él... que me citó para hablar con tranquilidad... esa misma tarde.

No apareció... o por lo menos... no me abrió la puerta... así que... a la mañana siguiente... provista de un buen libro... de nuevo a primera hora... me presenté.

Intentó de nuevo quedar para por la tarde... pero yo le dije que no se preocupara... que no tenía prisa... y que podía esperar a que terminara sus clases... y tranquilamente... saqué mi libro.

A los 10 minutos... me estaba atendiendo en un despacho... alejado del aula.

Con voz tranquila... le pregunté... cómo iba mi hija... si había algún problema con ella... etc...

Él respondió que todo bien... que algunas cosas le costaban... que a veces preguntaba... etc...

Viendo que... todo era dorarme la píldora... y que no hacía referencia a lo sucedido... le pregunté directamente.

Empezó a ponerse nervioso... y a levantar la voz... justificándose diciendo que... "no tenía por qué saber la situación familiar de sus alumnos... ".

Con calma... le hice ver... que el comentario había sido desafortunado... que había causado un daño inconsciente... y que debía haber pedido disculpas a la niña... en vez de mandarla callar.

Gritando... empezó a decirme lo mal educada que estaba mi hija... que si se disculpaba perdía autoridad... etc...

Sin perder la calma... todavía sonriendo... bajé más la voz... y le respondí que... entendía que... le debía una disculpa a mi hija... y que por esa regla de tres... yo podía decir que él era un hijo de puta... porque no tengo... porqué saber la profesión de las madres de los profesores de mi hija... 

Cuánto más gritaba él... más bajaba yo la voz... y más se desquiciaba... así que... dí por finalizada la conversación... diciéndole que me llevaba a mi hija... y que tomaría las medidas que creyera oportunas.

Entré en el aula... y le dije a mi hija que recogiera que nos íbamos.

Fué patético ver como... dando voces... intentaba que otros alumnos... (todos adolescentes)... me contaran lo que había pasado.

Nuevamente... sin levantar la voz... le dije que... sólo había ido a pedirle... que se disculpara con mi hija por su comentario... que lo podía haber hecho en privado... y que estaba dejando patente delante de sus alumnos... su exquisita educación.

Ya en la puerta... me cogió del brazo... y me pidió disculpas.

Esta vez... mi sonrisa se borró... y mi mirada se hizo fría y dura... "a mí no me hizo daño... pídale disculpas a mi hija... que es a quién dañó".

Vomitó... más que dijo... un "lo siento"... dirigido a mi hija... que asintió con la cabeza... y nos fuimos de allí.

Ahhhhhhhh... según él... la maleducada... fuí yo... ¡manda cohones!!!!!


martes, 7 de diciembre de 2010

Oliendo a Navidad


Hace muuuuchossssssss añosssss... el puente de la Constitución... no existía.

Como mucho... algunos afortunados... disfrutaban del puente de la Purísima... aunque eso sí... no se viajaba tanto... y los controladores aéreos... no abandonaban sus puestos de trabajo.

Aprovechando ese "puente"... en mi casa se hacía... zafarrancho de limpieza super intenso...

Se lavaba la cristalería y la vajilla "buena"... se limpiaba la plata y los "dorados"... las lámparas... etc...

Desde el más grande... al más chico... todos hacíamos algo... mientras vociferábamos... más que cantábamos... todos los villancicos del mundo mundial.

No recuerdo... muchos adornos navideños... ni recuerdo un árbol con luces y decorado... lo que sí recuerdo es... que encima del aparador... se ponía un nacimiento.

Lo mejor... llegaba al día siguiente de la festividad... cuando al regresar del colegio... y ya en la escalera... se olía a Navidad.

Durante unos días... mi madre no trabajaba... y se metía en la cocina a preparar los dulces de Navidad.

Bandejas y bandejas... entraban y salían contínuamente del horno... llenando con su aroma... la casa... la escalera...

Eran días de movimiento... de excitación... de nervios... y de alegría.

Sin quitarme el abrigo... entraba a la cocina a darle un beso a mi madre... y pillar un pellizco de masa cruda... para hacerle la "cata".

Daba igual... de qué dulce se tratara en ese momento.

Para merendar... podíamos probar... los primeros dulces... aquellos que se rompían... habían salido un poco menos hechos... o se habían quemado ligeramente.

Seguía dando igual...

Conforme los dulces se iban enfriando... iban a parar a los cajones del aparador... donde eran guardados bajo llave... hasta el día de Nochebuena... en que se preparaba la primera bandeja... y ya no se cerraban los cajones.

Todos los días... intentábamos abrir los cajones... por si acaso en un descuido... a mi madre... se le había olvidado cerrarlo... pero casi nunca sucedía.

Pero... éramos niños... y pícaros, jajaaaajajajajaja... y empezamos a controlar... la dichosa llave, jajaajajajajajaja.

Y un día... se me ocurrió probar... las llaves de la vitrina... yyyy... ¡¡¡¡¡eureka!!!!!... ¡¡¡¡dos llaves abrían los cajones!!!!, jajaajajajajajaajaaajaja.

A partir de ese día... todas las tardes... "desaparecían" unos cuantos dulces, jajajajajajajajajaajajaja.

Mi madre se dió cuenta de que algo pasaba... a partir del segundo año... y para el tercero... guardó todas las llaves.

Ese año... nos quedamos sin dulces por la tarde... hasta el día de Nochebuena... peeeeeeeeeeeeeerooooo... justo ese día... cuando todas las llaves volvieron a su sitio... una desapareció... "misteriosamente".

Y yo... yo no fuí... ¿o sí???? ;) :P, jajajajajajaaaajajajajaja.


lunes, 6 de diciembre de 2010

Frente al espejo


Generalmente... era uno de mis hermanos... el que me peinaba de pequeña.

A mí... me gustaba mirarle... a través del espejo.

Cogía un mechón de pelo... e iba deshaciendo los nudos... con firmeza y suavidad a la vez... empezando desde abajo... y con paciencia... con mucha paciencia.

Nunca sabía que peinado me iba a hacer... dos trenzas... una... dos coletas... una... me recogía solo la parte de arriba y el resto lo dejaba suelto... y luego me ponía un lazo o dos... generalmente de terciopelo blanco o azul marino.

Al terminar... me daba un beso en la mejilla... y me decía... "estás muy guapa"... y yo me iba feliz al colegio... con una sonrisa.

La magia del espejo... no residía en... mi reflejo... sino en... la imagen de mi hermano... su sonrisa... su tranquilidad... su cariño.

Hasta que no terminaba de peinarme... yo no me miraba realmente en el espejo.

Algunas veces... de tarde en tarde... era mi madre la que me peinaba.

Ella empezaba desde arriba... arrastrando todos los nudos... como si... con tres pasadas... ya tuviera que estar peinada.

Me hacía daño... y en más de una ocasión... yo llevaba la mano a mi pelo... para detenerla... lo que me suponía un pellizco... y un grito... para que me estuviera quieta.

Ella siempre elegía... una coleta... y al ponerme la goma... me daba unos tirones de mil demonios.

Esos días... yo no miraba... a través del espejo... ni me miraba.

Lo peor era que... al día siguiente... o como muy tarde... a los dos días... terminaba en la peluquería... y me cortaban el pelo... "a lo chico".

Cuando eso sucedía... me peinaba yo sola... y dejaba de mirar... a través del espejo... hasta que volvía a crecer... y todo empezaba de nuevo... según quién me peinara.

Incluso cuando... ya era lo suficiente mayor... como para peinarme sola... de vez en cuando... a mi madre le parecía que... no lo hacía bien... y le entraba la "neura" de peinarme...

Volví a mirar... a través del espejo... y no me gustó la imagen que ví.

Quise fijarme en mí... mirarme en el espejo... pero... "veía" a través de mis ojos... y era... como si me viera por dentro.

Todo aquello que no demostraba... enfado... ira... tristeza... estaba en mis ojos... y el espejo... me lo mostraba.

Hoy en día... llevo el pelo largo... a pesar de que... al parecer de mi madre... lo llevo demasiado largo... para la edad que tengo.

No lo hago por rebeldía... simplemente... me gusta llevarlo así... y además... "odio" ir a las peluquerías.

No... no me gusta que me toquen el pelo... y casi nunca... me miro en un espejo... directamente.

lunes, 29 de noviembre de 2010

La rana y el escorpión

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda… — ¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: —Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto  como para hacerlo. Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo: —Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río. El  escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.

La rana y el escorpiónCuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana  sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: —No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: —Lo siento ranita. Es mi esencia. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.

Moraleja
De nada sirve obrar bien con quienes por su naturaleza sólo pueden devolverte el mal.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Las estadísticas no hablarán de... tí


Las estadísticas... no hablarán de tí... ni las noticias... 

Nadie leerá tu nombre... ni condenarán a quien te ha llevado... a tu triste final.

Cansado de luchar... eliges precisamente... el día de hoy... para poner fin... a tu sufrimiento.

Apenas unos meses después de tu boda... te alejaste de todo... familia... amigos... incluso abandonaste tu ciudad... en busca de un futuro.

Un año duró tu felicidad.

A partir de ahí... la primera denuncia... las primeras 48 horas en el calabozo... la orden de alejamiento... la imposibilidad de ver a tu hijo durante meses...

Se quedó con todo... la casa... el negocio... tu hijo... y hasta tu propia vida... 

Impotentes... familiares y amigos... asistíamos a tu auto-destrucción... física... anímica... moral... hasta que te negaste a salir de casa... 

Hoy los hados... se han confabulado de tal forma... que has tenido la ocasión... y los medios... para poner fin a tus días... con tan solo... 27 años.

Junto a tí... la foto de tu hijo... y una nota... "todos no somos iguales ante la ley"...

No... las estadísticas... no hablarán de tí... 

Descansa en paz... mi niño.


viernes, 19 de noviembre de 2010

Por el bulevar de los sueños rotos


En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena.
Mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena.

Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano,
dibuja a Frida Kahlo desnuda.

Se escapó de cárcel de amor,
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en Madrid
¡quien supiera reír
como llora Chavela!

Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos
Ponme la mano aquí Macorina
rezan tus fieles por las cantinas,
Paloma Negra de los excesos.

Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.

(Estribillo)
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.

(Estribillo)
Por el boulevar de los sueños rotos...

lunes, 15 de noviembre de 2010

Vamos a contar mentiras, tralará


Siete años... mi primera comunión... y entre los regalos... una casita/hucha... llena de caramelos.

Mi primera hucha... en la que metí... las 476 ptas... que me dieron ese día... y que se "custodiaba" en la coqueta de la habitación de mis padres... "para que mis hermanos no la tocaran".

Durante dos semanas... cuando me acordaba... entraba a la habitación de mis padres... hacía sonar la hucha... y me iba con una sonrisa.

Un día... la hucha... no sonó... y nada más llegar mi madre... le pregunté.

El dinero estaba en un banco... y me lo darían cuando fuera... mayor.

Me encogí de hombros... a fin de cuentas... ¿para qué quería yo ese dinero?.

Unos años después... haciendo limpieza de un cajón... mi padre sacó las cartillas... de mis hermanos mayores.

Al ver que la mía no aparecía... pregunté por ella.

Puede parecer una tontería pero... me hacía ilusión ver mi nombre... y la cantidad que un día... me regalaron.

¡No había cartilla!!!... y la explicación... aunque razonable... ni siquiera era firme... "es posible que... necesitáramos el dinero y lo cogiéramos".

A la desilusión y decepción... se unió la sensación de que... me habían mentido.

Y a esa primera mentira... (que en sí no era gran cosa)... con el paso del tiempo... se fueron añadiendo y descubriendo otras... en las que... "donde dije digo... digo diego"... como escuchar durante años la historia de que... cuando nací... mi padre se "enfadó" porque no había nacido a la vez que mi hermano... (nos llevamos un año y doce horas... y la ilusión de mi padre siempre había sido tener gemelos)... y se fue una semana de caza... o aquella otra en la que... como no llegaba a los fogones... me subía a una banqueta... para hacer tortillas francesas para mí y mis hermanas... 

Esos retazos que durante años... habían contados como anécdotas divertidas... cuando con 14 años... les hice ver... la irresponsabilidad de semejantes acciones... se convirtieron en un... "uys... nosotros nunca hemos dicho eso"... o... "¿cómo íbamos a hacer/permitir eso????".

Juassssssssss... pues de la misma forma que... con 6 años... me iba al cole sola a la otra punta de la ciudad... o cuando con 11 me "permitían" cuidar de mi sobrino de 3 meses... o preparar la comida para 8 personas... o planchar en la mesa de la cocina la ropa de todos... (sábanas incluidas)... o... o... o...

Así pues... desarrollé un rechazo visceral... a todo lo que oliera a mentira... y sin embargo... aún me habría de tocar... convivir con ella... directamente... durante varios años... 

Quienes hayan vivido un caso cercano... de adicciones o de trastornos del control de los impulsos... saben que... entre la sintomatología... está la mentira y la ocultación... y mi marido tenía ... las dos cosas... así que...

A pesar de que... en muchos casos... la mentira... está asociada a otros trastornos... o es un trastorno en sí... me sigue costando aceptarla... incluso dentro de esos términos.


jueves, 11 de noviembre de 2010

Oración de la secretaria


Ayúdame Señor:

- A contestar amablemente cuatro teléfonos y atender al mismo tiempo a dos visitantes mientras escribo la carta que debe estar lista esta misma tarde, aunque sé muy bien que la firmarán mañana...


- A cancelar mis compromisos particulares porque "otra vez" - con carácter extraordinario- he de quedarme hasta tarde en la oficina para acabar de transmitir un asunto "muy urgente".


- A no perder la paciencia, si tengo que pasar horas en el archivo buscando un papel que, como me sospechaba, está en el bolsillo del jefe.


- A tener memoria de ordenador para recordar hechos que pasaron desapercibidos a mi jefe hace mucho tiempo atrás, y que, según él, estoy obligada a recordar fácilmente.


- A tener la sabiduría y el sentido común de varios profesores universitarios aunque mis estudios hayan tenido un alcance mucho más limitado.


- A saber dónde está el jefe, qué está haciendo y a qué hora volverá, aunque no lo sepa nadie, ni siquiera su esposa.


- A que cuando el año termine, tenga la perspicacia necesaria para no obedecer la orden de mi jefe de destruir esos archivos que me pedirá un par de semanas después.


- A tener la habilidad de un prestidigitador para hacer desaparecer a las personas que mi jefe no quiere recibir, especialmente cuando después de haber dicho "no está" él me habla en voz alta desde su despacho.


- Finalmente, Señor, déjame ser atractiva para todos, incluso para los visitantes inoportunos, pero permite que pase desapercibida a los ojos de la esposa de mi jefe.


¡Gracias os doy, Señor mío!

 

sábado, 30 de octubre de 2010

No son historias de... Halloween


El primer recuerdo que tengo... de cosas "extrañas"... es el de un "sueño".

Yo siempre lo he llamado así... pero soy consciente de que... no dormía.

Aquella noche... hacía tanto frío que... entré la estufa a mi pequeña habitación... de tal forma que... era imposible abrir la puerta... 

Yo... suelo dormir boca abajo... con una pierna estirada y otra encogida... pero esa noche... estaba boca arriba... y una mano... sujetaba a la otra.

De repente... me pareció que... la puerta se abría... y una corriente de aire... entró en la habitación.

"Alguien"... se sentó en mi cama... e intentó "despertarme"... sacudiendo mis manos.

De repente... una de esas manos... estaba entre medias de las mías... 

Me asusté... y "agarré" esa mano... lanzándola contra la pared.

Escuché el sonido... de la mano golpeándo la pared... y la noté caer entre la pared y la cama... moviendo las mantas.

El corazón... me latía aceleradamente... sobre todo porque... saliendo de la "neblina" del "sueño"... era consciente de que... no estaba durmiendo... y no me había movido en ningún momento... y sin embargo... era todo... tan reallllllll.

Me incorporé sobresaltada... encendí la luz... comprobé que había sido imposible que nadie entrara... y miré debajo de la cama buscando una mano... que evidentemente... sabía que no encontraría.

Nunca le encontré explicación racional a eso... y siempre lo he contado como... un sueño.

Un par de años o tres después... mi madre se había marchado al pueblo... porque su tía se había caido y roto la cadera... y por su edad... no se la podía operar... y estaba grave.

La "consigna" era que... si fallecía durante el fin de semana... avisaría... pero que... si todo seguía igual o mejoraba... el lunes volvía a casa.

Así pues... ese lunes... cuando en teoría ella debía estar regresando... sonó el teléfono.

En el taller que tenían mis padres... en aquel momento... sólo estábamos... uno de mis hermanos... una de las chicas que trabajaban en él... y yo... que estaba haciéndole ojales a un montón de chaquetas... en una de las máquinas.

Sin dejar de trabajar... ni levantar la mirada... le dije a mi hermano que... cogiera el teléfono... que era la mamá diciendo que... la tía había muerto.

Mi hermano atendió el teléfono... y volvió con la cara blanca como el papel... preguntando que yo... cómo lo sabía.

Extrañada... pregunté que qué sabía yo... pues... no había sido consciente de... lo que había dicho... y tuvo que ser la chica quien me lo dijera... porque mi hermano... no atinaba a decir palabra.

Durante mucho tiempo... quise creer que... me habían tomado el pelo... hasta que... mi abuela cayó enferma.

Yo era la encargada de... llevarle la comida... y hacer que comiera... pues con los demás... se negaba a comer.

Un día... cuando iba a entrar a su habitación... la escuché hablar...

Miraba fíjamente... un punto de la habitación... como si hubiera alguien de pie... y le decía que... ella ya quería irse y reunirse con él... que todos nosotros ya éramos grandes... y no la necesitábamos... que ya había cumplido con su labor... y que sólo quería estar con él.

Mientras la escuchaba... con la bandeja en la mano y sin entrar... lloré.

Cuando calló... entré... y la besé con todo el cariño que sentía.

Jamás creo haber sido tan dulce con nadie... (a pesar de que ella decía que... "era la nieta más borde que tenía" :D).

Mientras la acomodaba y le daba de comer... le hablé... negándome a creer... que alguna vez... pudiera faltarme.

Días después... la tuvimos que ingresar.

La última vez que la ví... ella ya no podía hablar apenas... porque se le formaban madejas espesas en la garganta... y cuando lo hacía... no se le entendía bien.

Yo estaba asomada en el balcón de su habitación... porque el personal de la Residencia... estaban de huelga... y en esos momentos... se estaban manifestando... (tiempo después... la cerrarían y hoy en día... es un Hotel).

Por encima de los gritos de la manifestación... escuché a mi abuela llamarme... y al acercarme... y preguntarle... me decía que no.

Así pasó... dos veces... pero la tercera vez... sujeté su mano... y le pregunté.

Ella se soltó... para coger mi mano y apretarla con fuerza... y me dijo algo así como... "la boda de María"... y algo más... que no entendí.

Su tono era angustiado... se ahogaba... yo le preguntaba si se refería a mi boda... ella decía que no... pero volvía a repetir mi nombre... y "la boda".

Yo quería entenderla... y llamé a mi madre.

Le dije que la abuela quería decirme algo que la inquietaba... pero que no la entendía.

Mi madre se puso en el otro lado de la cama... y le preguntó que decía...

Mi abuela... giró la cabeza hacia ella... y con un tono claro... firme... seguro... como hacía semanas que no tenía... le dijo... "a tí no tengo nada que decirte".

Las dos nos quedamos... mudas... y blancas por la impresión.

Mi abuela no volvió a decirme nada.

Lo "curioso" es... que yo siempre decía que... nunca me casaría... y que sería la tía soltera... (que no solterona)... de la familia... y lo decía sin acritud... sonriendo... y convencida... y a mi abuela... no le hacía ni pizca de gracia... que yo me expresara así.

Tres noches después... yo no conseguía conciliar el sueño.

Lo intenté leyendo... lo intenté escribiendo... y nada.

Sobre las cinco y pico de la mañana... mi padre llamó a mi puerta... 

Mi madre... lo había llamado... porque mi abuela se encontraba peor... y si se producía el desenlace... no quería estar sola.

Sin saber por qué... le dije que... no corriera... porque la abuela... ya había fallecido.

En el tiempo que mi padre se vistió... vino a mi habitación... y yo le decía que no corriera que ya llegaba tarde... mi madre regresaba a la de mi abuela... que silenciosamente... doblaba la cabeza... y fallecía con tranquilidad.

La historia... bien podría terminar aquí... sino fuera por... todo lo que pasó alrededor de mi matrimonio... (y otras cosas)... y la forma en que mi abuela... ha seguido... conmigo...