Este es uno de esos días en los que... pudiendo ser muy dulce... me resulta... agridulce...
No soy de celebrar el día de nada... porque entiendo que... sea lo que sea lo que se celebre... debería ser todos los días... y no por una fecha en el calendario.
Sin embargo... algunas tradiciones se imponen... y si las sigues... duelen... y si no lo haces... también... razón por la cual... ante semejante disyuntiva... yo siempre elijo... la que menos duela.
Se presupone que... como hija... tengo el "deber"... la "obligación"... o como queráis decirlo... de llamar... (como mínimo)... a mi madre... y felicitarla...
Hace tiempo que... decidí varias cosas... y entre ellas está... el dejar de hacer cosas... que me hagan sentir mal conmigo misma... si choca contra lo que siento y lo que "debe hacerse".
El ser políticamente correcta... (cosa que casi siempre lo soy... porque me hace sentir bien)... no pasa por sentirme... falsa... y es por ello que... por segundo año consecutivo... no he podido/querido hacer esa llamada.
Para los que me conocen... (y han leído)... más tiempo... saben que nuestra relación no ha sido casi nunca... digamos que... fluida... y entre lo mucho que nos diferencia está... precisamente... el concepto... la forma... y el fondo... de lo que es ser madre...
Para los que no me conocen tanto... voy a intentar resumir y ser concisa... (siendo consciente de que me dejo detalles en el tintero)... porque fijo que a lo largo del tiempo... me saldrán entradas... que ampliarán los cuandos... los cómos... y los por qués...
Básicamente... se puede resumir en que... siempre me ha costado sentir... el cariño de mi madre...
De los 48 años que tengo... se podría decir que... durante aprox. unos 7-8 años... sí que hubo algo parecido... aunque resultara ser... un espejismo...
El caso es que... después de esos años en los que parecía que sí... y resultó que no... (hace aproximadamente unos seis años)... empecé a darme cuenta de que... las cosas... volvían a su cauce... tal y como siempre habían sido...
Quizás por lo que me ha tocado vivir... no soy de las que se quedan demasiado... donde no se siente querida... y ante eso... empiezo a alejarme... observando si... realmente es así... o son cosas mías...
Si mientras me alejo... aparentemente... no se enteran... o si se enteran... no intentan retenerme... o que me acerque... termino yéndome del todo.
¡Ojo!... que no es que me aleje sin más... la primera vez lo hablo... la segunda también... la tercera... no pierdo el tiempo... ni las ganas... ni el esfuerzo... en reclamar... lo que no surje con naturalidad... desde dentro...
Yo tenía la costumbre de llamar... todas las semanas... mismo día... misma hora... y sucedió que... una semana... me vino muy complicada... y se me pasó totalmente... y no llamé hasta los quince días...
Primero tuve bronca... cuando repliqué que tampoco es que estuviera muy preocupada porque no me había llamado a ver que pasaba... resultó que era "mi" obligación como hija hacerlo.
No me gusta hacer las cosas por obligación... me gusta hacerlas porque las siento... porque me nace de dentro... pero es que además... desde mi concepto de la maternidad... somos las madres las que adquirimos las responsabilidades con nuestros hijos.
Así pues... dejé de llamar todas las semanas... y pasé a hacerlo cada 15 días sin que pasara nada... y luego cada tres semanas... y luego una vez al mes... hasta llegar al 2010... y hacerlo cada tres meses... y seguía sin pasar nada en absoluto.
Durante ese año... yo recibí las dos llamadas de "cortesía"... para felicitarme por mi cumpleaños... y por mi santo... (todas las demás llamadas las hice yo)... así que... ese mismo año... decidí no pasar la nochebuena en casa... por primera vez en toda mi vida...
A partir de entonces... ¡soy lo peor de lo peor... o másssss!!!!... nadie sabe nada... nadie pregunta nada... a nadie le importa nada... y todo... por no cumplir con el ritual de ir a cenar... (cuando otras hermanas... hace mil años que no lo cumplen... ¡y no pasa nada!!!).
Resumiendo... en lo que llevamos de 2012... he recibido dos llamadas... una para anunciarme una defunción... y otra por mi cumpleaños.
El día de mi cumple... (4 de marzo)... cuando le digo que me voy a quedar en el paro... me dice que... no sabe que decirme porque como ella no puede hacer nada... [y es cierto que económicamente... con una pensión no contributiva poco puede hacer... pero vamos... que hay cosas que valen mucho más que el dinero... no sé... así casi que sin pensar se me ocurre que... una muestra de afecto... de preocupación... una caricia... un beso... una llamada... un "argo" que me haga sentir que está ahí... (ainssssssss... ya toy pidiéndoles peras al olmo... si ejjjjjjjjj queeeee... a veces se me olvida que los milagritos hay que pedírselos a la Virgen de Lourdes... ¡y tener la suerte de que no esté de vacaciones!)]... y que ya la "informaré" de cómo van las cosas...
... Han pasado dos meses y dos días... no he llamado... no me ha llamado... y llega el día de la madre... ¿y???... ¿por qué tengo que felicitarla???... ¿por haberme parido???... ¿y el resto del año, (aparte del día que me parió), no es madre???... ¿aprovecho que la llamo para felicitarla... y le paso el "informe"?...
Y sí... en ocasiones... soy orgullosa... borde... cínica...