domingo, 9 de enero de 2011

La caja de besos


He empezado a escribir esta entrada... varias veces... y por alguna extraña razón... los retazos se entremezclaban de tal forma... que no conseguía... darle la forma... de un único retazo.

Primero intenté escribir sobre... días de reyes infantiles... luego adolescentes... más tarde sobre... cómo ha ido cambiando esta fecha...

No... no podía... porque un retazo... se abría camino... con más fuerza cada vez... "callando" todas las palabras... que iban surgiendo de mis dedos.

El día de Reyes... mi padre hubiera cumplido... ochenta y seis años... y mi retazo tiene que ver con él... y con mi hija.

Aunque no recuerdo bien... qué se celebraba ese día... sí que recuerdo que... nos juntamos un montón para comer.

Mi hija... aún era muy pequeña... probablemente tendría... 4-5 años.

Tal y como llegamos... empezó la ronda de besos... y para cuando mi hija estuvo delante de mi padre... ya estaba cansada de besuqueos... así que... se paró y dijo... "ya tá'... se me han acabado los besos".

Mi padre... mirándola fijamente... puso cara de pena... y le dijo... "entonces, ¿no te queda un beso para el abuelo?".

Sin que nadie le dijera nada... ella hizo como que se metía la mano en un bolsillo imaginario... e hizo ademán de comer algo.

Se acercó a su abuelo... y le tendió sus diminutos bracitos... 

"Abuelo... ya he comido besos... ¿cuántos quieres?".

Empezando por mi padre... todos nos quedamos sorprendidos... por la respuesta espontánea... y hábil... de mi hija... y no me equivoco si digo que... probablemente.. ese beso... fue uno de los más especiales para él.

A veces... leo en la red... "la caja de besos"... y me acuerdo de... este retazo... y la forma en que me conmovió.

Nunca he sido muy besucona... porque en mi casa... era como una "obligación"... y tengo como una especie de... "síndrome de Judas"... (si es que eso existe)... que se traduce en aversión hacia los besos que se dan o reciben... sin sentir...

Sin embargo... he de reconocer que... a veces... como esta mañana... me gusta acercarme a mi hija y decirle... "necesito un beso de mi niña"... o... "mami necesita darte un beso"... y esos momentos son... indescriptibles.


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