Siete años... mi primera comunión... y entre los regalos... una casita/hucha... llena de caramelos.
Mi primera hucha... en la que metí... las 476 ptas... que me dieron ese día... y que se "custodiaba" en la coqueta de la habitación de mis padres... "para que mis hermanos no la tocaran".
Durante dos semanas... cuando me acordaba... entraba a la habitación de mis padres... hacía sonar la hucha... y me iba con una sonrisa.
Un día... la hucha... no sonó... y nada más llegar mi madre... le pregunté.
El dinero estaba en un banco... y me lo darían cuando fuera... mayor.
Me encogí de hombros... a fin de cuentas... ¿para qué quería yo ese dinero?.
Unos años después... haciendo limpieza de un cajón... mi padre sacó las cartillas... de mis hermanos mayores.
Al ver que la mía no aparecía... pregunté por ella.
Puede parecer una tontería pero... me hacía ilusión ver mi nombre... y la cantidad que un día... me regalaron.
¡No había cartilla!!!... y la explicación... aunque razonable... ni siquiera era firme... "es posible que... necesitáramos el dinero y lo cogiéramos".
A la desilusión y decepción... se unió la sensación de que... me habían mentido.
Y a esa primera mentira... (que en sí no era gran cosa)... con el paso del tiempo... se fueron añadiendo y descubriendo otras... en las que... "donde dije digo... digo diego"... como escuchar durante años la historia de que... cuando nací... mi padre se "enfadó" porque no había nacido a la vez que mi hermano... (nos llevamos un año y doce horas... y la ilusión de mi padre siempre había sido tener gemelos)... y se fue una semana de caza... o aquella otra en la que... como no llegaba a los fogones... me subía a una banqueta... para hacer tortillas francesas para mí y mis hermanas...
Esos retazos que durante años... habían contados como anécdotas divertidas... cuando con 14 años... les hice ver... la irresponsabilidad de semejantes acciones... se convirtieron en un... "uys... nosotros nunca hemos dicho eso"... o... "¿cómo íbamos a hacer/permitir eso????".
Juassssssssss... pues de la misma forma que... con 6 años... me iba al cole sola a la otra punta de la ciudad... o cuando con 11 me "permitían" cuidar de mi sobrino de 3 meses... o preparar la comida para 8 personas... o planchar en la mesa de la cocina la ropa de todos... (sábanas incluidas)... o... o... o...
Así pues... desarrollé un rechazo visceral... a todo lo que oliera a mentira... y sin embargo... aún me habría de tocar... convivir con ella... directamente... durante varios años...
Quienes hayan vivido un caso cercano... de adicciones o de trastornos del control de los impulsos... saben que... entre la sintomatología... está la mentira y la ocultación... y mi marido tenía ... las dos cosas... así que...
A pesar de que... en muchos casos... la mentira... está asociada a otros trastornos... o es un trastorno en sí... me sigue costando aceptarla... incluso dentro de esos términos.
La verdad es que contado asi parece la historia de Cenicienta, bien cierto es que una noche tuve el placer de que me contaras esta historia y mientras la escuchaba miraba tus ojos y... en absoluto veia rencor, si percibi un enorme cariño hacia tu abuela, hoy ya convertida en una mujer he tenido la oportunidad de conocerte y al leer esta historia solo puedo hacerme esta reflexion.
ResponderEliminar¿¿¿ Como es posible que una niña que ha tenido esos desengaños, y que se ha sentido engañada por quien deberia de gozar de tu maxima confianza, haya desembocado en una personalidad tan rica como la tuya ????
Sabes que te admiro por que creo que te has sobrepuesto a todo y te has hecho a ti misma eso si con un enorme exito.
Me siento muy honrado de ser tu amigo y siento mucho orgullo de ti,
Un enorme besazo de LC mi querida amiga
LUDWIG
¿Rencor????... como bien dices... no, no hay rencor... eso es muy cansado ;).
ResponderEliminarSimplemente... es un retazo más... para que se conozca el porqué... de algunas reacciones mías.
Yyyyy... yo tampoco sé... cómo he salido tan maravillosa y estupenda :P, jajajajajajajaajaja.
Un enorme besazo de LC... mi querido amigo :D